ESCRIBE: MARIA DEL CARMEN VILLAVERDE DE NESSIER
Cuando ante los espacios de silencio , de ansiedad, de
caminos en suspenso dentro de las familias, generalmente por falta de diálogo
y de estimulación de la memoria familiar
en las “ruedas de contar” de las vigilias cotidianas, parece que nos falta la
SAL DE LA VIDA, nace la necesidad de reforzar la PALABRA ORAL. Con ella los adultos y los niños pueden abrir
interesantes juegos de jugar con los sonidos claros y oscuros, simples y
compuestos, llenos o vacíos de tantas palabras que traban alegremente o
destraban el rico y expresivo lenguaje ORAL. Verdaderas manifestaciones de
creatividad que contribuyen, jugando, a estimular los vínculos familiares; a
conocer, valorar y jerarquizar la
expresividad propia y la socialización verbal que está tan “deprimida” en estos
tiempos.
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