Andersen y la narración
Escribe María del Carmen
Villaverde de Nessier
Presidente de la A.S.L.
En este día en que
recordamos al narrador Hans Cristhian Andersen como auténtico paladín de la
palabra oral para los niños, también revalorizamos la narración por la que
tanto venimos bregando desde hace décadas.
Sí, hoy es también el día
de los niños a quienes en ningún momento debemos dejar de recurrir ya que todos
hemos sido alimentados desde allí para poder entrar al mundo de los actos
sociales, los son idos y los gestos. Entonces, en este día: ¡VIVA LA
NARRACION!
Claro, ella, no como mero
adorno o “complemento” de ideas en determinadas condiciones sociales, no, sí
percibida íntegramente por sus propias concepciones y sentidos históricos.
Narrar, narrar la vida, hecha de colores brillantes, sonidos, voces altas y
bajas, de antes, de siempre, de hoy para mañana. Narrar en tono de vivencia
familiar, compañía y rumoreo de aliento en los dolores y participación en
las alegrías.
Cuentos, narraciones que el
narrador propone conmoviendo y agitando palabras con todo el arte activo que
ella encierra y que requiere que el escucha absorba y concluya dentro de su
propio ser.
En este conquistable y
necesario proceso social, la PALABRA ORAL
adquiere relevancia con un claro ejercicio del estar y ejercer el
reconocimiento del sí mismo y de la identidad firme que reaquiere la pluralidad
socio-expresiva a enfrentar cada día. Narramos en todos los espacios de la
sociedad. Cuando comenzamos con los Clubes de Narradores allá por los sesenta,
en el Liceo Municipal, no sólo los niños, los padres y los abuelos salían con
nosotros a las plazas, a los jardines, a las escuelas y la narración era una
rueda compartida con el canto de los pájaros-
Yo pienso que hay personas
muy sensibles a la percepción de los sonidos y en especial de la voz humana, yo
soy una de ellas; desde mi infancia
escuché, canté y conté historias breves y largas, altas y bajas, brillantes y
opacas sensacionándome con el valor tonal de las expresiones orales, rítmicas y
coloreadas.
En la narración juegan todas las voces: débiles y fuertes, voces que
se desploman con fatiga o vivas y ricas hasta el logro de un contagio total que
es lo que se pretende; con dedicación,
interés y paciencia, con rico
vocabulario y con palabras nuevas y frescas adecuadas al tono emocional de lo
narrado.
Andersen, narrador y docente de la palabra con las historias ricas de
todos los pueblos, en este 2 de Abril sigue homenajeado y vivo. Desde aquí
seguimos creando Clubes de Narradores para el pleno ejercicio de la palabra en la comunicación, cumpliendo
con lo que firmáramos aquel año de 1970 en la Biblioteca Nacional de
Münich en relación con la celebración
del DÍA INTERNACIONAL DEL LIBRO INFANTIL y la apertura de las casas de nuestras
vidas a la luz de infinitos rayos que se
desprenden, asombrosos y mágicos, desde la narración.
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